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Especial: De Cuba a China, un entrenador que conecta culturas a través del boxeo

spanish.news.cn| 2025-07-15 14:06:45|
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BEIJING, 15 jul (Xinhua) -- Con un discurso cálido y vivencial, el entrenador cubano de boxeo Raúl Fernández Liranza compartió cómo el deporte puede ser una herramienta poderosa para acercar culturas, fomentar la amistad y transmitir valores compartidos, en el marco de la Reunión Ministerial del Diálogo entre Civilizaciones Globales celebrada recientemente en Beijing, la capital china.

El evento, que reunió a más de 600 representantes de 140 países, se centró en el respeto a la diversidad cultural y el aprendizaje mutuo como pilares para la paz y el desarrollo globales. En una historia que cruza continentes, culturas y generaciones, Fernández se ha convertido en un testimonio vivo de esos principios.

A sus 73 años, el veterano entrenador cubano ha llevado mucho más que técnicas de combate a China: ha sembrado amistad, entendimiento y una pasión compartida por el deporte.

DEL RING EN LA HABANA A LOS GIMNASIOS DE HENAN

Raúl Fernández dedicó 38 años de su vida a entrenar al equipo nacional de boxeo de Cuba. Tras su jubilación en 2018, no tardó en aceptar una nueva misión: contribuir al desarrollo del boxeo en China.

"Ya había estado varias veces aquí en competencias internacionales. Tras mi retiro, elegí China porque conocía su tranquilidad, su seguridad, su idiosincrasia y la amabilidad de su gente", aseguró en entrevista con Xinhua.

Desde entonces, vive y trabaja en la provincia central chino de Henan, donde actualmente entrena al equipo provincial y ha liderado el cuerpo técnico de la selección femenina nacional de China. Bajo su dirección, el equipo nacional femenino de boxeo de China alcanzó logros históricos en los Juegos Olímpicos de París 2024: tres medallas de oro y dos de plata.

"China es una gran potencia en todo, y ya lo es también en el boxeo femenino. Hoy el equipo femenino chino es el número uno del mundo", afirmó.

Expresó el deseo de que "con nuestros esfuerzos conjuntos, el equipo de Henan y el equipo de China sigan progresando y cosechando más gloria para la provincia y el país".

CUANDO EL DEPORTE ACERCA CULTURAS

Para Fernández, el deporte no solo entretiene o forja campeones, también construye puentes entre pueblos. En su visión, el boxeo, como cualquier disciplina deportiva, es un lenguaje común, una forma tangible de diálogo entre civilizaciones.

"Encima del ring, los peleadores parecen dos fieras, pero al terminar la pelea, se abrazan. Eso demuestra la amistad que existe en el deporte", precisó.

"A través del boxeo, también transmitimos nuestras culturas, nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia", aseguró, y añadió que ese intercambio favorece el conocimiento mutuo y enriquece la cultura de ambos países.

Durante sus seis años en China, Fernández ha trabajado por fusionar la velocidad, versatilidad y agilidad de la escuela cubana de boxeo con la fuerza y el enfoque tradicional del estilo chino. "Hemos introducido entrenamientos más científicos y modernos. La técnica y la táctica, más que la fuerza, son clave", señaló.

El maestro cubano trata de armonizar dos formas distintas de practicar un mismo deporte. "Ese ha sido uno de nuestros objetivos: ayudar a formar atletas más completos, más inteligentes", explicó.

ENTRE GUANTES, RESPETO Y FIDEOS

Aunque llegó sin hablar idioma chino, Fernández pronto comprendió que el boxeo y el deporte comparten un código común que trasciende idiomas y fronteras.

"Cuando llegué por primera vez a Zhengzhou, capital de la provincia de Henan, me impactó ver las paredes del gimnasio cubiertas con consignas escritas en color rojo. No entendía una sola palabra de aquellos caracteres, pero el olor a sudor y guantes, junto al sonido rítmico de los golpes sobre los sacos, me hicieron sentir que había vuelto a mi mundo, a lo que más amo", recordó.

En su primer entrenamiento, una acalorada discusión con un atleta silencioso marcó el inicio de una transformación. "Desde entonces, entrenamos, comemos y hacemos casi todo juntos, aprovechando cada oportunidad para intercambiar ideas de entrenamiento, con la ayuda de aplicaciones de traducción, y pulir sin cesar nuestras habilidades", relató.

Seis años después, las pequeñas cosas de su vida cotidiana en China le hacen sentir como en casa. "El dueño del restaurante de fideos de la esquina siempre me pone más carne en el plato. Los atletas me llaman ´profe Lao´ con acento local. En las bodas me reservan un asiento", recordó con cariño.

UN PUENTE ENTRE CIVILIZACIONES

Durante su intervención en el subforo temático de la Reunión Ministerial del Diálogo entre Civilizaciones Globales, Fernández subrayó que el deporte puede contribuir a la paz y la solidaridad entre pueblos.

"A través del deporte transmitimos alegría, paz y amistad, solidaridad. Nos permite conocernos mejor y construir puentes entre naciones", afirmó.

Este año, cuando se conmemora el 65º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Cuba, Fernández se muestra dispuesto a seguir desempeñando un rol como puente entre ambos pueblos.

"Hace poco el director de la Administración General de Deportes de China estuvo en Cuba y firmó nuevos convenios. Espero seguir ayudando a China con nuestro conocimiento y trabajo", dijo.

Aunque Cuba y China estén separadas por más de 13.000 kilómetros de distancia, las relaciones entre los dos países siguen fortaleciéndose y "cada vez que entro al gimnasio, siento que estoy con mis hijos, ayudándolos cada día a ser mejores atletas, mejores deportistas y mejores seres humanos", aseguró Fernández con orgullo. 

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