BEIJING, 23 dic (Xinhua) -- Desde la organización de un innovador rescate de emergencia en órbita hasta el lanzamiento de su primera misión a un asteroide y el logro de numerosos avances en la ciencia de vanguardia, China ha abierto nuevas fronteras en la exploración del espacio durante 2025.
AVANCES INCREÍBLES
Las operaciones de la estación espacial china han contado con una presencia humana sostenida este año, comenzando con el lanzamiento de la nave espacial tripulada Shenzhou-20 el 24 de abril, que llevó a los astronautas Chen Dong, Chen Zhongrui y Wang Jie a la órbita para una misión planificada de seis meses, mientras que la tripulación de la Shenzhou-19 concluyó sus labores y regresó a la Tierra con los resultados de fructíferos experimentos.
Antes del regreso programado de la Shenzhou-20 para el 5 de noviembre, se detectaron unas pequeñas grietas en la ventana de la cápsula de retorno, probablemente causadas por el impacto externo de desechos espaciales. Esto dejó a la nave en una situación inadecuada para el regreso seguro de la tripulación.
En una demostración de flexibilidad operativa y un diseño que prioriza la seguridad, China ejecutó dos procedimientos críticos y novedosos. Primero, la tripulación de la Shenzhou-20 regresó a la Tierra de forma segura el 14 de noviembre a bordo de la nave espacial Shenzhou-21, lanzada el 31 de octubre con un nuevo trío de astronautas: Zhang Lu, Wu Fei y Zhang Hongzhang. Esto marcó la primera implementación exitosa de un procedimiento de retorno alternativo en la historia del programa de la estación espacial del país.
Segundo, para garantizar que la nueva tripulación de la Shenzhou-21 contara con un vehículo de retorno propio, China realizó un lanzamiento de emergencia.
El 25 de noviembre, la nave espacial no tripulada Shenzhou-22 despegó de la Tierra con suministros cruciales, incluyendo los dispositivos para reparar la ventana de la Shenzhou-20 y garantizar la seguridad continua de los astronautas en la estación. Este primer lanzamiento de emergencia en respaldo a la tripulación evidenció la creciente madurez del programa y su capacidad de respuesta ante contingencias.
Este año también se ha avanzado en la cooperación espacial internacional, con la firma en febrero de un acuerdo entre China y Pakistán para la selección y el entrenamiento de astronautas pakistaníes para futuras misiones a la estación espacial, lo que pone de relieve el compromiso de China de colaborar con los países en desarrollo en el ámbito de los vuelos espaciales tripulados.
Los esfuerzos de China en el espacio profundo también han avanzado significativamente en 2025. El 29 de mayo, se lanzó con éxito la sonda Tianwen-2, iniciando la primera misión de exploración de asteroides y retorno de muestras del país.
Con un ciclo diseñado de aproximadamente 10 años, la misión tiene como objetivo explorar el asteroide 2016HO3 y traer las muestras a la Tierra, seguido de una exploración del cometa 311P del cinturón principal.
El proyecto se centra en la medición de los parámetros físicos de sus dos objetivos celestes, incluyendo su dinámica orbital, rotación, tamaño, forma y propiedades térmicas.
La misión también investigará la topografía, la composición y la estructura interna de ambos cuerpos celestes, y potencialmente estudiará los materiales expulsados por el cometa del cinturón principal.
Se espera que este pionero viaje profundice nuestra comprensión de los orígenes, la evolución y las características de estos dos tipos de pequeños cuerpos celestes.
LOGROS CIENTÍFICOS FRUCTÍFEROS
Además de estos hitos, 2025 ha producido una gran cantidad de resultados científicos innovadores de los programas de exploración lunar y de la estación espacial china.
La misión Shenzhou-19 generó avances pioneros en física y biología fundamentales. Su tripulación logró la primera preparación orbital de condensados de Bose-Einstein de espinores mediante una trampa totalmente óptica y estableció la primera plataforma espacial de red óptica para simulaciones cuánticas, enfriando átomos a temperaturas de decenas de picokelvins.
En el campo de la biología, los astronautas criaron con éxito tres generaciones de moscas de la fruta en órbita, recopilando datos valiosos sobre su crecimiento y comportamiento para el análisis posterior sobre los efectos de la microgravedad y los campos hipomagnéticos en los organismos.
La tripulación de la Shenzhou-20 alcanzó resultados significativos en múltiples terrenos. Cultivaron cristales de proteínas de alta calidad con posibles aplicaciones en la terapia tumoral, establecieron un récord mundial al calentar una aleación de tungsteno a 3.100 grados Celsius para fines de ciencia de materiales y realizaron la primera observación en microgravedad de coloides cargados que forman estructuras metaestables de larga duración mediante cristalización.
La tripulación regresó a la Tierra con valiosos sujetos biológicos: "los ratones astronautas", que fueron los primeros mamíferos de prueba en la estación.
Los ratones, monitoreados durante su estancia en órbita, proporcionarán datos cruciales sobre adaptaciones conductuales y fisiológicas. Los científicos analizarán los datos para estudiar las respuestas agudas de los sujetos y los cambios adaptativos a las condiciones espaciales, contribuyendo así a la investigación en biología espacial.
La investigación lunar también ha arrojado resultados cruciales este año. Los primeros "ladrillos de suelo lunar" experimentales regresaron a la Tierra a bordo de la nave espacial Shenzhou-21 tras un año de exposición al duro entorno espacial.
Este fue un avance en la ingeniería del programa lunar a largo plazo de China, que incluye planes para llevar astronautas a la Luna para 2030 y construir un modelo básico de la Estación Internacional de Investigación Lunar para 2035.
A continuación, los científicos planean analizar los ladrillos devueltos para comprender cómo el entorno espacial ha alterado su estructura y propiedades.
Estos datos son vitales para la creación de modelos precisos que predigan la durabilidad y el comportamiento a largo plazo de dichos materiales en el entorno lunar real, sentando las bases científicas para futuras construcciones extraterrestres.
Además, el análisis de las muestras del suelo recolectadas de la cara oculta de la Luna por la sonda lunar china Chang'e-6 ha ayudado a los científicos a descubrir que el manto de esa zona es más frío que el de la cara visible de la Luna.
Este descubrimiento proporciona evidencia petrológica y geoquímica de un contraste de temperatura entre los mantos de los lados cercano y lejano de la Luna, suministrando un conjunto de datos críticos necesarios para dilucidar la evolución del satélite natural terrestre.
