SAO PAULO, 18 dic (Xinhua) -- La extracción ilegal de madera en la selva amazónica de Brasil aumentó un 184 por ciento en las Unidades de Conservación (UC) entre agosto de 2023 y julio de 2024, reveló este jueves la Red Simex (Sistema de Monitoreo de la Explotación Maderera).
La entidad detalló en un estudio que, durante dicho periodo, se explotaron 8.100 hectáreas en las UC, frente a 2.800 hectáreas en el ciclo anterior, lo que evidencia un avance significativo de la actividad ilegal en áreas destinadas a la protección ambiental
En tanto, en el conjunto del bioma amazónico la explotación maderera presentó una reducción de 10,5 por ciento, hasta las 327.600 hectáreas de bosques nativos, de las cuales la mayoría (225.100) corresponden a actividades autorizadas por los órganos competentes y el resto (102.500) ocurrieron de forma no autorizada.
Asimismo, se registró un crecimiento de la extracción ilegal en tierras indígenas y asentamientos rurales, hasta llegar a 25.200 hectáreas (24 por ciento) y 6.700 hectáreas (66 por ciento), respectivamente.
El estado de Mato Grosso (oeste) lidera la lista de estados con mayor área explotada para fines madereros en la Amazonia brasileña, con 190.000 hectáreas, equivalentes a 58 por ciento del total, seguido por Amazonas (sur), con 46.100 hectáreas, y Pará (norte), con 43.000 hectáreas.
Para la realización del estudio, la Red Simex, integrado por el Instituto Centro de Vida (ICV), el Instituto de Manejo y Certificación Forestal y Agrícola (Imaflora) y el Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon), identificó, mapeó y contrastó sus imágenes satelitales con los permisos de tala emitidos por los organismos ambientales.
Ante esto, la entidad concluyó que, aunque se observó cierta estabilidad en el área total explotada, la persistencia de actividades no autorizadas en zonas críticas refuerza la necesidad de políticas continuadas de gobernanza transparencia y comando y control.
En ese sentido, señaló que pese a que la reducción de la extracción ilegal es un dato positivo, la caída de la explotación legal enciende una señal de alerta por el riesgo de debilitamiento de la gestión forestal y la generación de un mercado desleal para quienes cumplen las normas del manejo sostenible.











