Por Pau Ramírez
BELÉM, Brasil, 20 nov (Xinhua) -- La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la ONU sobre el Cambio Climático convirtió esta semana a Belém, Brasil, en un escaparate mundial de la naciente industria del hidrógeno verde, con al menos tres embarcaciones atracadas en la Estación das Docas que exhiben distintas tecnologías para descarbonizar el transporte fluvial y marítimo en la Amazonía.
La presencia simultánea de estos barcos, desde modelos de demostración de grandes corporaciones hasta prototipos desarrollados en Brasil, marcó uno de los focos más llamativos de innovación durante la conferencia.
Los visitantes que recorrieron el complejo turístico de las Docas se sorprendieron al saber que varios de los navíos expuestos funcionan parcial o totalmente con hidrógeno verde, un combustible generado mediante la separación de moléculas de agua a partir de energías renovables.
Considerado una de las soluciones más prometedoras para sectores de difícil descarbonización, como el marítimo, el hidrógeno verde ha motivado proyectos en diversos países, aunque muchos aún enfrentan obstáculos económicos y técnicos.
"Es impresionante ver este tipo de tecnología aquí en plena Amazonía; no imaginaba que ya existían barcos funcionando con hidrógeno verde", comentó a Xinhua la ingeniera ambiental chilena Marcela Torres, quien participa en su primera COP. "Belém está mostrando que puede liderar una revolución en el transporte limpio", afirmó.
Uno de los barcos más comentados fue el JAQ, presentado por un consorcio formado por GWM, Itaipú Parquetec, Heineken y Grupo Náutica. La embarcación de 36 metros está equipada con 14 cilindros que almacenan 150 kilos de hidrógeno verde, utilizados en celdas de combustible que generan la energía necesaria para los sistemas internos, como iluminación y aire acondicionado.
Aunque aún navega con motores diésel, está previsto que en enero adopte un sistema híbrido que combine ambos combustibles. Según sus desarrolladores, una mezcla con 20 por ciento de hidrógeno puede evitar hasta 80 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el uso exclusivo de diésel.
Itaipú Parquetec también presentó su embarcación, el Boto H2, un modelo de 9,5 metros diseñado para apoyar la recolección de residuos sólidos en ríos del oeste de Paraná. Dotado de seis cilindros de hidrógeno verde y un pequeño conjunto de paneles solares, el barco tiene autonomía de hasta tres horas de navegación. El prototipo exhibido en Belém será destinado a una cooperativa local que opera en un área con 42 islas.
El navío de amoníaco verde de la minera Fortescue, de 75 metros de eslora, también atrajo la atención del público. Aunque en esta fase inicial opera con amoníaco de origen fósil, la empresa pretende abastecerlo con amoníaco verde producido en China a partir del próximo año. La embarcación, destinada a validar el uso del combustible en grandes distancias, ya pasó por puertos de Estados Unidos, Europa y Singapur.
"Es una señal de que la transición energética no es un discurso, es algo real y está ocurriendo ahora mismo", dijo el investigador colombiano Diego Suárez, especializado en transporte marítimo bajo en carbono. "Ver estos barcos en el corazón de la Amazonía es casi simbólico: muestra que la región puede ser parte central de la innovación global".
La presencia de estos diferentes modelos en Belém refleja una convergencia de esfuerzos para acelerar la descarbonización del transporte acuático, responsable de cerca del 3 por ciento de las emisiones globales. Además del amoníaco verde y el e-metanol, otras alternativas derivadas del hidrógeno, los biocombustibles continúan siendo parte de la estrategia brasileña, especialmente apoyada por el Gobierno y el agronegocio.
Durante la COP30, estos proyectos funcionaron no solo como demostración tecnológica, sino también como señales de un potencial mercado regional para soluciones de movilidad limpia en ríos y rutas marítimas amazónicas.
Con la instalación prevista de una estación náutica solar para abastecer a los barcos después de la COP30, Belém podrá convertirse en un laboratorio permanente de transporte de bajas emisiones en la Amazonía, reforzando su papel como sede de la conferencia climática y como vitrina de innovación ambiental.









