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Especial: Entendimiento comercial entre Argentina y EE. UU. abre incertidumbre ante baja complementariedad de ambas economías

spanish.news.cn| 2025-11-15 11:55:00|
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BUENOS AIRES, 14 nov (Xinhua) -- Los Gobiernos de Argentina y Estados Unidos anunciaron la víspera un nuevo marco de entendimiento para avanzar hacia un amplio acuerdo comercial y de inversiones que abre interrogantes sobre el futuro de la producción local en un contexto de baja complementariedad entre ambas economías, según señalan economistas.

El documento difundido por ambos Gobiernos establece una hoja de ruta para reducir barreras no arancelarias, agilizar procedimientos y discutir eventuales rebajas de aranceles aunque, por ahora, no incluye cupos ni cronogramas específicos, lo cual genera incertidumbre sobre su alcance real y los sectores que podrían resultar más afectados.

En el plano estructural, especialistas de Argentina consultados por Xinhua advierten de que Argentina y Estados Unidos compiten en varios de los mismos mercados, sobre todo con la exportación de productos agrícolas. Y que la relación bilateral no presenta una complementariedad natural, siendo este uno de los motivos que genera preocupación.

"El anuncio es sorpresivo y genera en algunos sectores una preocupación central por razones de precios relativos de la economía argentina, por el auge de importaciones que de alguna forma golpea producciones nacionales, incluyendo industriales. Y también el empleo, por el tema de la caída de actividad económica", sostuvo el economista Jorge Marchini.

El vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (Fila) explicó que la competencia se da incluso en los principales productos de exportación de Argentina, como la carne vacuna, que formaría parte del eventual acuerdo, y en otros productos del agro.

"Sobre todo, está el tema del agro, donde Argentina es productor, por ejemplo, de carne vacuna, de cereales y frutas que Estados Unidos también produce. Por tanto, es un exportador mundial en competencia con Argentina", refirió el también Coordinador del Grupo de Investigación sobre Integración Regional del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).

Desde la Sociedad Rural Argentina, organización de referencia nacional, afirmaron que se espera un texto que refleje "un acuerdo equilibrado" donde se detallen los compromisos y obligaciones de ambas partes para poder evaluar los posibles efectos, sobre todo los relacionados con el ingreso de carne vacuna, aviar y porcina estadounidense al país suramericano.

En relación con la industria, Marchini añadió que el acuerdo podría profundizar presiones sobre precios relativos internos y desplazar producción nacional si no se definen mecanismos compensatorios. Igualmente, otra preocupación surge de las asimetrías en escala productiva, costos energéticos y acceso al financiamiento.

"Los productos industriales de Estados Unidos importados directamente por Argentina, por supuesto pueden condicionar o agravar las condiciones de la industria argentina. Por un lado, está el caso de las industrias argentinas pymes (pequeñas y medianas empresas), que trabajan con otras escalas de producción, tienen otro nivel de apalancamiento de inversiones y financiero y tienen otros costos relativos", precisó.

Respecto de la industria local automotriz y autopartes, el economista especializado en pymes, Hernán Bergstein, alertó que "la competencia por parte de Estados Unidos en Argentina va a ser muy fuerte" y recordó que los vehículos estadounidenses tienen precios muy inferiores a los locales.

"Si no se aplica ningún tipo de impuesto, el ingreso de vehículos de Estados Unidos podría afectar gravemente a nuestras industrias locales y a todos sus proveedores y, por ende, a todos sus trabajadores", aseguró.

Bergstein, también profesor en la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad Nacional de Lanús, advirtió además sobre la posibilidad de que Argentina, debido a la relación "asimétrica" con el país norteamericano, retorne a un patrón de producción primario, reemplazando así a la industria.

"Normalmente, cuando se piensa en un acuerdo comercial, la lógica dice que ambas partes deberían ser de tamaños similares. En este caso, al hacer un acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos, países que son competitivos por tener producciones en algunas áreas muy similares, esto genera directamente un beneficio para Estados Unidos y un gran problema para Argentina", refirió.

Para otros analistas y empresarios en Argentina, conocer los detalles del acuerdo resulta necesario para tener certezas sobre su balance y alcance.

"Estamos hablando de unos 15 puntos, de los cuales 12 se refieren a compromisos de Argentina y dos o tres a Estados Unidos, para que Argentina reduzca su burocracia, genere mejores condiciones para el ingreso de productos, eliminación de barreras no arancelarias; todas estas cosas son buenas y que Argentina tiene que hacer, no solo con Estados Unidos, sino con el resto de los países para mejorar la apertura comercial, pero vamos a ver al final del día si esto termina con un balance", sostuvo el consultor político, Patricio Giusto, en conversación con Xinhua.

"La reducción arancelaria es bienvenida, pero si eso implica también que empiece a entrar carne bovina de Estados Unidos, por ejemplo, ¿de qué nos sirve vender más toneladas de carne a Estados Unidos si tenemos otros mercados que son mucho más complementarios con nosotros y que demandan mucho más todavía?", cuestionó.

Por su parte, desde el sector farmacéutico evalúan que una mayor apertura puede impulsar el intercambio tecnológico o acceso a terapias avanzadas. En esa línea, Sebastián Ferrarassi, de Laboratorios Bagó, señaló a esta agencia que "la empresa está habituada a operar en mercados competitivos y que la cooperación suele ser positiva".

En materia de política económica, algunos especialistas coinciden en que el Gobierno argentino deberá definir medidas para proteger sectores sensibles y evitar que la liberalización se traduzca en pérdida de empleo o desindustrialización.

Con el Mercado Común del Sur (Mercosur) como telón de fondo, el anuncio abre además un interrogante regional, ya que cualquier acuerdo debería negociarse en bloque. En ese sentido, Marchini advirtió de que avanzar bilateralmente podría tensionar el arancel externo común y alterar la competencia con otros socios del bloque.

A la espera del documento final, los especialistas coinciden en que la negociación puede ofrecer oportunidades pero también riesgos significativos, sin reglas claras ni mecanismos de equilibrio. Y que el desafío central será evitar que la apertura profundice las asimetrías existentes y limite el desarrollo industrial de Argentina. 

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