BUENOS AIRES, 16 sep (Xinhua) -- El aumento de las asignaciones sociales en educación, salud y jubilaciones proyectadas por el Gobierno de Argentina para el ejercicio fiscal de 2026 estará condicionado a que se concreten los supuestos macroeconómicos de crecimiento e inflación, en un escenario todavía desafiante para la economía local, afirmó hoy martes el economista argentino Rafael Flores.
El especialista en finanzas públicas y profesor universitario se refirió en diálogo con Xinhua a la presentación realizada la víspera por el presidente Javier Milei del proyecto de presupuesto 2026, que contempla destinar un 85 por ciento de los recursos fiscales al "capital humano", a la par que prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5 por ciento y una inflación del 10,1 por ciento interanual hacia finales del próximo año.
"Creo que la posibilidad de que se den los incrementos que planteó el presidente para jubilaciones, educación, salud, va a depender de que se cumplan esos supuestos, porque si la economía no crece de la forma en que está planteado, entonces la recaudación va a ser menor a la esperada y para mantener el equilibrio fiscal van a tener que reducir otros gastos", afirmó el también expresidente de la Asociación Argentina de Presupuesto (2014-2018).
El economista consideró que los supuestos de crecimiento e inflación para el próximo año parecen "muy optimistas" en una economía aun con diversos desafíos, aunque estimó que la ejecución propia del presupuesto "es la parte que no va a tener demasiados problemas y me parece que se va a poder hacer razonablemente".
"Sin embargo, el crecimiento del 5 por ciento aparece como algo difícil de lograr; el Gobierno apuesta a que haya un aumento importante de la inversión, del consumo privado y de las exportaciones, y hay que ver si eso efectivamente se materializa", enfatizó el profesor de la Universidad de Buenos Aires.
En su análisis, Flores remarcó que la viabilidad del plan económico del Gobierno no depende solamente de variables técnicas y macroeconómicas, sino también de un componente político vinculado al respaldo popular en un año electoral.
"En un punto el Gobierno también está en una situación muy compleja, donde tiene que demostrar que está en condiciones de seguir adelante con su plan económico y al mismo tiempo ganar las elecciones legislativas (de octubre); donde la viabilidad o no del plan está, además, dada justamente por el apoyo social que pueda tener", precisó.
El especialista advirtió que la pérdida de ese respaldo social podría traducirse en presiones cambiarias y un desvío de las metas inflacionarias y de crecimiento planteadas en el presupuesto.
"Si pierde ese apoyo, como pasó recientemente en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, la posibilidad de que pueda seguir adelante con estas políticas es mucho más difusa; porque podemos tener una situación donde haya una presión muy grande sobre el dólar con sucesivos niveles de inflación superiores a los que está planteando el Gobierno, y probablemente niveles de crecimiento también menores", explicó.
Al referirse a la política fiscal, Flores destacó que cualquier Administración en Argentina hubiera tenido que aplicar una política de ajuste ante el elevado déficit heredado y la falta de acceso a financiamiento. No obstante, cuestionó que la estrategia actual recorte en áreas que desde la población se valoran.
"Hay que partir de una base, que es que Argentina tenía un déficit fiscal muy importante y no tenía acceso a los mercados lo que obligaba al país, si quería mantener ese déficit, a la emisión de dinero, provocando una inflación de arriba del 200 por ciento anual", sostuvo.
"Sin embargo, creo que el ajuste de Milei ha sido un ajuste indiscriminado que ha tocado una cantidad de puntos que la misma sociedad que lo había votado ha considerado que no eran adecuados, algo que muestra que esta es una sociedad que también valora la provisión de ciertos bienes y servicios públicos", opinó.
Finalmente, el economista se refirió al frente cambiario y puso en duda la sostenibilidad del nivel previsto en el presupuesto, que fija un dólar de 1.423 pesos hacia diciembre de 2026.
Flores advirtió de las presiones que se ciernen aún sobre el tipo de cambio y la escasez de reservas, por lo que no descartó una modificación del régimen monetario y cambiario en los próximos meses. En esa línea, explicó que el Gobierno ya enfrenta tensiones con el dólar en el techo de la banda cambiaria y que carece de un volumen significativo de reservas líquidas para sostener esa situación.
"Hay que ver primero si el Gobierno llega a las elecciones (legislativas) con el tipo de cambio medianamente acomodado en estos niveles, que es una posibilidad que no lo logre y que tenga que hacer un cambio antes", concluyó.