SANTIAGO, 30 jul (Xinhua) -- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha convertido los aranceles en herramientas clave de su política exterior, desafiando los límites del sistema comercial global y generando impactos sin precedentes en las cadenas de suministro internacionales, alertaron expertos en comercio internacional durante un seminario virtual organizado hoy miércoles por la Fundación Chilena del Pacífico.
El encuentro "¿Cómo está cambiando el mundo la guerra comercial? Dinámicas y escenarios probables" reunió a especialistas chilenos y extranjeros, quienes analizaron el impacto de las políticas arancelarias promovidas por Washington, especialmente a partir del despliegue de los llamados "aranceles recíprocos".
El presidente Trump "recibió una economía fuerte y está usando aranceles y su política comercial como herramientas no solamente para fines económicos, sino que también para fines de política exterior (...) Las tarifas no solo responden a cosas económicas, sino también una de las razones (por ejemplo) en Brasil, es por el trato que ha recibido el expresidente (Jair) Bolsonaro", dijo el socio y director de Comercio, Inversión y Geopolítica del Boston Consulting Group (BCG), Cristián Rodríguez-Chiffelle.
A su juicio, las tarifas anunciadas por Washington a sus socios comerciales "son significativas" y el impacto global "tiene pocos precedentes".
Por su parte, el secretario general adjunto de la International Chamber of Commerce (ICC), Andrew Wilson, afirmó que las negociaciones bilaterales que lleva a cabo Estados Unidos con una serie de países respecto a las políticas arancelarias, "lo que nos lleva a pensar es que esta administración está determinada en lograr el mayor impacto que pueda con relación a las exportaciones que ingresan a Estados Unidos".
"Esta administración de Estados Unidos, particularmente del presidente Trump, ha sido remarcablemente exitosa en calibrar las expectativas en relación con la política comercial y tarifaria (...) Lo que está sucediendo es un juego de poner a prueba para ver cuán alto se pueden establecer las tarifas. El mercado parece haber aceptado un 10 por ciento por ahora, pero muchos están llegando al 15 o 20 por ciento", dijo Wilson.
El directivo de la ICC advirtió que aún no se conocen completamente los efectos de aplicar este tipo de medidas a una red de suministros tan compleja como la actual.
"Los Gobiernos tienen que pensar en un ambiente más general, no solo en las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Pensar en qué se puede hacer para estabilizar el sistema, cómo hacer negocios con socios comerciales clave, cómo reducir la dependencia de flujos comerciales. Pensar en términos prácticos cómo hacer que las negociaciones sean más fáciles y el comercio sea más predecible", con énfasis en aquellos países exportadores de productos agrícolas, explicó Wilson.
Desde Londres, Sam Lowe, investigador del King's College y analista senior de Comercio Internacional en Flint Global, apuntó que los recientes acuerdos comerciales impulsados por Estados Unidos han introducido una nueva variable: el origen de la propiedad de las compañías.
"Estados Unidos está considerando el origen de las empresas, la propiedad de las compañías manufactureras, el rastreo de materias primas y productos, así como las complejas cadenas de valor de los suministros", indicó.
Según Lowe, esta complejidad dificulta prever los resultados finales de las negociaciones.
Por ejemplo, "Reino Unido ha acordado que el nivel tarifario de vehículos es de 10 por ciento, limitado a 100.000 vehículos, con partes automotrices para uso en reparación también con 10 por ciento. Sin embargo, la Unión Europea y Japón han acordado un nivel fijo de 15 por ciento sin límites. Entonces, ¿quién tiene un mejor trato?", afirmó el analista.
Uno de los temas sensibles abordados en el seminario fue el anuncio del Gobierno estadounidense de aplicar un arancel del 50 por ciento a las importaciones de cobre a partir del 1 de agosto. Gran parte del metal rojo consumido en Estados Unidos proviene de Chile, el principal productor mundial.
"El cobre refinado de Chile es un motor para la manufactura de Estados Unidos y no tiene alternativa (...) Una parte de la conversación entonces va a ser cuál es el trato del cobre refinado, dado que Chile es un proveedor tan importante que no existe una buena alternativa o capacidad de desarrollo de esta industria en el mandato de Trump", explicó Rodríguez.
En la misma línea, Wilson indicó que Estados Unidos busca reactivar su producción nacional de cobre, aunque sin una planificación realista respecto al tiempo, tecnología y capacidades necesarias.
"Si Estados Unidos quiere traer la manufactura de vuelta, va a tener que cooperar con China en un proceso de transferencia de experticia y tecnología", expresó.
Los especialistas coincidieron en que existen sectores donde la economía estadounidense "no da abasto" por sí sola, lo que podría derivar en una eventual moderación de los aranceles. Sin embargo, se mostraron pesimistas respecto del panorama inmediato, al que calificaron como "complejo" y de difícil resolución.