Por Pablo Giuliano
SAO PAULO, 25 jul (Xinhua) -- La cooperación entre China y América Latina y el Caribe en el ámbito de los derechos humanos fue destacada como un nuevo modelo alternativo y complementario al discurso hegemónico occidental y una oportunidad de ampliar el desarrollo sostenible para el Sur Global, durante un foro celebrado este viernes en la ciudad de Sao Paulo, Brasil.
Investigadores, diplomáticos y funcionarios de diversos países de la región subrayaron el aporte chino al desarrollo económico, la erradicación de la pobreza y la soberanía tecnológica.
En el marco de la Segunda Mesa Redonda China-América Latina y el Caribe sobre Derechos Humanos, organizada por la Sociedad China de Estudios de Derechos Humanos, la Universidad Renmin de China y la Universidad Estadual Paulista (UNESP), expertos de toda la región debatieron los aportes de la experiencia china a los desafíos estructurales que enfrenta el Sur Global.
Desde República Dominicana, Luis González, profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, destacó que "China ha incorporado los derechos humanos en su Constitución, pero además demuestra con hechos que erradicar la pobreza y generar desarrollo es también garantizar derechos".
González también subrayó que la cooperación con China en América Latina se expresa en intercambios económicos, culturales y educativos.
"Si América Latina logra adoptar, como lo ha hecho China, medidas efectivas para erradicar la pobreza extrema en los próximos años, estaremos realizando una contribución significativa tanto a los derechos humanos como a la construcción de una gobernanza global más justa e inclusiva", expresó el académico dominicano.
Por su parte, Arley Gill, del Comité Nacional de Reparaciones de Granada, denunció las consecuencias del genocidio indígena, la esclavitud y la explotación colonial en América Latina. Afirmó que muchas naciones caribeñas aún sufren los efectos del saqueo de sus riquezas por parte de potencias europeas, mientras enfrentan pobreza estructural.
"China, con su lucha contra la pobreza y expansión de la salud y la educación, demuestra que los derechos humanos también se miden por los resultados concretos", elogió.
La representante indígena y afrodescendiente de la Asamblea Nacional de Nicaragua, Shaira Downs Morgan, denunció el impacto de sanciones y bloqueos en los pueblos, y afirmó que Nicaragua sostiene un modelo de derechos humanos basado en la educación y la salud públicas, acceso a vivienda, agua y programas productivos.
"China es un amigo que no impone condiciones, sino que trabaja junto a nosotros por un mundo multipolar y soberano", expresó.
En tanto, el profesor de Relaciones Internacionales Javier Vadell, de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, enfatizó que la relación entre China y América Latina abre camino a "un nuevo paradigma de desarrollo con enfoque en los derechos humanos".
Vadell, un especialista en las relaciones entre la región latinoamericana y China, dijo que este nuevo camino para pensar en los derechos humanos está apoyado en plataformas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Foro China-CELAC y el BRICS ampliado.
"Son estructuras que permiten una cooperación más equitativa, basada en el respeto mutuo, la complementariedad y la disminución de la desigualdad", enfatizó.
La dirigente argentina Victoria Donda, presidenta de la comisión de Ciudadanía y Derechos Humanos del Parlamento del Mercosur, llamó a repensar los derechos humanos desde el Sur Global. Donda denunció el uso del discurso de los derechos humanos como fachada para la imposición de bloqueos económicos, intervenciones militares y golpes de Estado.
"Estados Unidos apoyó golpes de Estado usando como fachada derechos humanos, imponiendo sanciones a otros países o justificando invasiones", subrayó.
Por su parte, Micaela Ovelar, investigadora de la Universidad Bolivariana de Venezuela, consideró que este tipo de espacios permiten romper con los discursos únicos en materia de derechos humanos.
"Es fundamental que los países del Sur Global generen su propia voz, que se reconozcan los derechos económicos, sociales, culturales y civiles como un todo integrado. Una gobernanza global real debe incorporar nuestras perspectivas", sostuvo la académica venezolana.