Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 24 jul (Xinhua) -- Tras tocar en mayo un récord de 20 bolivianos por dólar, un 187 por ciento por encima del tipo oficial de 6,96, el mercado paralelo boliviano experimentó una caída de la divisa estadounidense hasta situarse por debajo de 14 bolivianos en la última semana. Pese al alivio para consumidores e importadores, expertos advirtieron que la baja es temporal y no resuelve las tensiones estructurales que llevaron a Bolivia a su mayor crisis cambiaria en más de dos décadas.
Durante casi 14 años, el tipo de cambio boliviano permaneció inmutable en 6,96 por dólar. Desde noviembre de 2011, el Banco Central de Bolivia (BCB) sostuvo esa paridad como ancla del modelo económico, apuntalado por subsidios, control de divisas y reservas récord durante el auge de las materias primas.
Hoy, esa estabilidad luce cuestionada por varios factores como la baja de la venta de gas natural, déficit fiscal, balanza comercial negativa y el bloqueo político legislativo opositor que impide la aprobación de créditos, según el Gobierno.
Para los expertos, el descenso del dólar en el mercado informal, lejos de significar un respiro duradero, ven en esta caída un fenómeno pasajero, un espejismo preelectoral que no resuelve los problemas de fondo que aquejan a la economía boliviana como las mermadas reservas internacionales, déficit fiscal creciente, escasez de combustibles por falta de dólares, balanza comercial negativa y una confianza deteriorada de hogares y empresas.
"Lo que vemos ahora es una corrección coyuntural, alimentada por ingresos puntuales de divisas por exportaciones, recuperación parcial de bonos soberanos y flexibilización del ingreso de dólares en efectivo", explicó a Xinhua Marcelo Romano Roque, especialista en políticas públicas y exdirectivo de la estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel).
"Pero mientras la brecha con el mercado oficial supere el 100 por ciento, el sistema no es sostenible. Después de las elecciones, habrá presión hacia una devaluación parcial o total, incluso con financiamiento externo", añadió.
El modelo que sostuvo la paridad se apoyó en las exportaciones de gas y minerales. En 2014, las reservas internacionales superaron los 15.000 millones de dólares; hoy, según el BCB, apenas rebasan los 2.000 millones, insuficientes para defender el tipo de cambio y sostener el subsidio de los hidrocarburos.
Romano advirtió que, sin un ajuste, el dólar paralelo podría volver a superar los 20 bolivianos a fin de año. Con una devaluación controlada y apoyo financiero externo, estimó que podría estabilizarse entre 12 y 15 bolivianos en un mercado unificado, aunque con inevitable inflación.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, también atribuyó la baja actual a factores de expectativa más que estructurales.
"Nos acercamos a las elecciones y, al percibirse un posible cambio de Gobierno hacia políticas promercado, disminuye la especulación y baja la demanda de divisas. Pero si ese giro no se concreta o el nuevo Gobierno tarda en dar señales claras, veremos una nueva escalada", comentó al diario La Razón.
La elección del 17 de agosto y una eventual segunda vuelta en octubre marcan un punto crítico. Con una izquierda dividida y una oposición encabezada por candidatos de derecha pro neoliberales como Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga, el futuro aún se perfila incierto.
El analista e inversionista Enrique Borda advirtió que, incluso si el dólar paralelo sigue cayendo, la incertidumbre persiste. "La población y las empresas seguirán dolarizándose si anticipan eliminación de subsidios o medidas de ajuste. La confianza no se construye con una cotización puntual, sino con un plan económico claro y respaldado políticamente", señaló.
El analista, estratega y comunicador social Martín Moreira, más optimista, proyectó que la divisa podría descender a 12 bolivianos a finales de agosto, aunque sin garantías de sostenibilidad.
Citó factores como la mejora de bonos soberanos, exportaciones y un leve repunte de reservas internacionales. "Si los créditos externos fuesen aprobados en la Asamblea Legislativa y la Ley 1503 de compra de oro para fortalecer reservas avanzara, Bolivia no enfrentaría un complicado panorama de falta de divisas", aseguró.
Pese a la corrección reciente, el experto enfatizó que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo continúa siendo el mayor desafío para la política económica boliviana y prevé obligar al próximo Gobierno a rediseñar el modelo cambiario tras el ciclo electoral.