TOKIO, 21 jul (Xinhua) -- Las elecciones para la 27ª Cámara de Consejeros (Cámara Alta del Parlamento) de Japón concluyeron en la mañana de hoy lunes con una contundente derrota para la coalición gobernante formada por el Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio Komeito.
De los escaños en disputa, el PLD obtuvo apenas 39 (27 en distritos electorales y 12 por representación proporcional), mientras que Komeito logró ocho.
Incluso sumando los escaños no disputados, ambas formaciones no alcanzaron los 125 escaños necesarios para mantener la mayoría en la Cámara Alta de 248 miembros, marcando la primera vez desde la fundación del PLD en 1955 que el bloque gobernante pierde el control mayoritario en ambas cámaras del Parlamento japonés.
El resultado dejó al descubierto las dificultades del oficialismo en todo el país, incluyendo malos desempeños en distritos urbanos clave y bastiones rurales tradicionales.
La derrota se suma a los reveses sufridos previamente en las elecciones a la Cámara Baja de 2024 y en los comicios para la Asamblea Metropolitana de Tokio en 2025, lo que agrava aún más la crisis que atraviesa el Gobierno liderado por el PLD.
Según los analistas, los resultados reflejan el creciente malestar público por el manejo oficialista del alza del costo de la vida y el desgaste provocado por un liderazgo político arraigado.
Los sondeos de boca de urna indican que la inflación y la inseguridad económica dominaron las preocupaciones del electorado, siendo las "medidas contra el aumento de precios" el tema más mencionado.
Aunque la oposición sigue fragmentada, varios partidos lograron avances significativos. El Partido Constitucional Democrático obtuvo 22 escaños, el Partido Democrático por el Pueblo consiguió 17, y el emergente Sanseito se hizo con 14.
La Administración del primer ministro, Shigeru Ishiba, enfrenta ahora una presión creciente. Con ambas cámaras bajo control minoritario, deberá buscar cooperación con la oposición para aprobar leyes y avanzar en su agenda.
Según los expertos, este debilitamiento del mandato también limita la capacidad diplomática de Japón, particularmente en las negociaciones con Estados Unidos. En un escenario político cada vez más fragmentado, el futuro del Gobierno japonés se presenta incierto, aseguran los analistas.