RÍO DE JANEIRO, 10 jul (Xinhua) -- El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, calificó este jueves como un "gran error" la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer una tarifa del 50 por ciento sobre todos los productos importados desde Brasil y dijo que la medida contradice los datos del comercio bilateral y perjudica tanto a empresas como a trabajadores brasileños.
"Es un gran equívoco lo que se ha hecho, y entiendo que será corregido", dijo Alckmin, quien también se desempeña como ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, en declaraciones a la prensa desde el Palacio del Planalto, tras participar en un evento.
De acuerdo con Alckmin, los propios datos estadounidenses demuestran que el país norteamericano mantiene un superávit significativo con Brasil. En 2024, el saldo positivo fue de 7.000 millones de dólares en bienes y de 18.000 millones en servicios. Además, de los diez productos que más exporta Estados Unidos a Brasil, ocho ingresan con tarifa cero gracias al régimen de "ex-tarifarios".
"Ellos no pagan absolutamente nada para entrar en Brasil en la mayoría de los productos que nos venden. Esta medida es un contrasentido económico", señaló el vicepresidente.
Señaló que el Gobierno debe publicar en los próximos días la Ley de Reciprocidad Económica, que podría aplicarse con los Estados Unidos.
Alckmin también dirigió duras críticas a la familia del expresidente Jair Bolsonaro, a la que acusó de actuar en los bastidores para fomentar la imposición de sanciones comerciales por parte del gobierno estadounidense.
"Ahora vemos que este clan, incluso fuera del poder, continúa actuando contra los intereses del pueblo brasileño. Antes atentaban contra la democracia; ahora lo hacen contra la economía. Es lamentable", declaró.
Alckmin reforzó que Brasil ha estado abierto al diálogo desde el inicio de la actual administración. Afirmó que las negociaciones con Estados Unidos han sido llevadas a cabo directamente por él mismo y por el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick.
"Brasil siempre ha apostado por el entendimiento, y nuestro compromiso con el diálogo permanece", concluyó.
La medida anunciada por Trump, que entrará en vigor el próximo 1 de agosto, ha generado amplio rechazo entre autoridades y sectores económicos brasileños, que temen una fuerte retracción en exportaciones clave como carne, café, jugo de naranja y azúcar. El gobierno brasileño trabaja ahora en frentes diplomáticos y comerciales para evitar impactos más severos en la economía nacional.