LA HABANA, 1 jul (Xinhua) -- Los cubanos rechazaron mayoritariamente las recientes medidas dictadas por el Gobierno del presidente Donald Trump contra el país caribeño, que recrudecen todavía más el bloqueo que aplica Estados Unidos a Cuba desde 1962.
Trump firmó el lunes un memorando presidencial en el que dictó una prohibición total del turismo estadounidense a Cuba, restableciendo las restricciones a viajes "de placer" e imponiendo auditorías rigurosas a las visitas educativas y humanitarias.
Los viajeros estadounidenses deberán conservar obligatoriamente el registro de todas las transacciones relacionadas con sus viajes a Cuba, durante al menos cinco años, a partir de este momento.
Además, la medida bloquea todas las transacciones financieras con empresas vinculadas al estatal Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) y sus filiales, e instruye a las dependencias gubernamentales estadounidenses para oponerse de manera sistemática a cualquier resolución en la ONU que busque levantar el bloqueo.
"Se sentirá el impacto, pero no nos doblegarán", afirmó en X el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y denunció que esas medidas intensifican "aún más el bloqueo".
Díaz-Canel aseguró que la decisión de la Administración Trump responde "a intereses estrechos y no representativos de la mayoría" en Estados Unidos.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, sostuvo en la misma red social que el memorando "refuerza la agresión y el bloqueo económico que castiga a todo el pueblo cubano y es el obstáculo principal a nuestro desarrollo".
Rodríguez definió el bloqueo estadounidense como "conducta criminal y violatoria de los derechos humanos de toda una nación".
Desde la academia, el politólogo Luis René Fernández señaló que "el sueño dorado de los conservadores mega-reaccionarios es reinsertar a Cuba en su sistema de dominación y por eso en la última etapa se ha fortalecido tanto la hostilidad económica".
"Tienen la esperanza de aprovechar la combinación de los problemas económicos internacionales y las propias dificultades internas cubanas para crear una situación agravada por sus medidas de guerra económica intensificada y producir una condición que les permita el cambio de régimen", añadió Fernández.
En las calles de La Habana, bajo el sol inclemente del caluroso verano, los cubanos continúan con su vida cotidiana entre dificultades económicas serias con apagones constantes por falta de combustible.
"Es verdad que la cosa está difícil, pero ya resistimos cuatro años a Trump en su primer mandato y aquí seguimos", dijo a Xinhua la profesora Rebeca Ordóñez, quien imparte clases en una escuela primaria.
La maestra recordó que, al final de su mandato anterior (2017-2021), Trump aprobó unas 243 medidas que recrudecieron el cerco contra la isla e hicieron mucho más difícil la vida de las personas.
"El objetivo de doblegar a la Revolución Cubana, de acabar con Cuba, no lo consiguió, aunque fueron cuatro años muy duros. Así que ahora tampoco podrá hacerlo", añadió.
Al diálogo se unió Carlos Benítez, esposo de la maestra y trabajador de una empresa estatal, para reafirmar la voluntad colectiva de resistir "lo que sea", pese a las difíciles condiciones actuales del país.
"La gente sabe que lo que se está jugando es la soberanía de la nación y eso hay que defenderlo a toda costa", abundó Benítez.
La decisión recién adoptada por Washington marca el retorno a la estrategia de "máxima presión" aplicada durante el primer mandato de Trump, en clara contradicción con el breve y tímido deshielo logrado durante la Administración de Joe Biden (2021-2025).