CARACAS, 24 jun (Xinhua) -- La política arancelaria de Estados Unidos, impulsada por el presidente Donald Trump, fue duramente cuestionada por dos especialistas venezolanos, quienes advirtieron sobre sus efectos regresivos en el comercio global y su impacto negativo, incluso dentro de la economía estadounidense.
En entrevista exclusiva para Xinhua, el economista Luis Fernando Jiménez, y el profesor universitario de ciencias sociales de la Universidad de Carabobo, Luis Delgado, coincidieron en que estas medidas generan distorsiones profundas en la economía mundial, debilitan organismos multilaterales y terminan afectando la propia competitividad norteamericana.
Ambos consideraron que el viraje proteccionista de Estados Unidos ha provocado crecientes tensiones en el comercio global.
Jiménez calificó la lógica arancelaria de Trump como "errónea y de corto plazo" y sostuvo que parte de una premisa insostenible: que el comercio internacional ha debilitado la economía interna de Estados Unidos.
En su opinión, restringir importaciones para estimular el empleo "no reconoce que el acceso a insumos y bienes más baratos ha sido un motor de competitividad" para las empresas estadounidenses.
Ambos expertos advirtieron que estas decisiones afectan a los socios comerciales de la nación norteamericana y a la estabilidad del propio sistema económico global.
Las políticas arancelarias, según Jiménez, introducen inestabilidad normativa y desincentivan la inversión extranjera directa.
"Si yo fuera inversionista, preferiría invertir en otro país y no en Estados Unidos, teniendo en cuenta la inestabilidad que promueve el presidente Trump", afirmó el también investigador académico de asuntos económicos internacionales.
Por su parte, Delgado señaló que "muchas naciones todavía estructuran su aparato productivo y exportador en función de la demanda estadounidense", por lo que cualquier alteración significativa genera un efecto dominó que impacta a todo el entramado comercial global.
El experto, quien también es investigador de las economías emergentes y el desarrollo, subrayó que más que un simple ajuste comercial, "se trata de un giro ideológico" que promueve un escenario de desglobalización y que amenaza con fragmentar el sistema multilateral.
A su juicio, Estados Unidos está debilitando instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y empujando a los países a buscar bloques alternativos.
En contraste con la actitud lesiva y autolesiva de Washington, valoraron la actitud de China como racional, estabilizadora y promotora de un orden multilateral más justo.
Frente a este escenario, ambos especialistas destacaron la postura de China como una alternativa más sensata y cooperativa. La actitud de la nación asiática, opinaron, se ha mantenido enmarcada en los principios de apertura, diálogo y respeto al multilateralismo, incluso ante las agresiones económicas de Washington.
Para Delgado, China ha logrado posicionarse como una fuerza estabilizadora "que promueve nuevas rutas de cooperación para el Sur Global".
Jiménez, por su parte, valoró la reacción de China como "racional y coherente con los principios de cooperación internacional". Sostiene que mientras la Casa Blanca apuesta por la confrontación, China ha respondido con diplomacia y firmeza, ampliando sus acuerdos bilaterales y reforzando su rol como "potencia estabilizadora".
Ambos expertos coincidieron en que la economía china está mejor preparada que otras para resistir choques externos.
En este sentido, Jiménez destacó que el país asiático cuenta con amplias reservas de divisas, una política fiscal activa, una base industrial diversificada y un mercado interno en expansión.
Delgado complementa este análisis subrayando el giro estructural que China ha dado en la última década hacia una economía más equilibrada, con menor dependencia de la demanda externa.
Ambos expertos resaltaron que la Iniciativa de la Franja y la Ruta y acuerdos específicos, como el reciente acuerdo de importación de frijol mungo desde Venezuela, son vistos como parte de una política más amplia orientada al desarrollo mutuo.
Para Jiménez, estos vínculos permiten a países sancionados por Estados Unidos, como Venezuela, encontrar "nuevos socios con reglas claras y sin condicionamientos políticos".
Delgado coincidió en que la política comercial china representa una oportunidad para las economías latinoamericanas, especialmente en un contexto internacional cada vez más incierto.
En suma, los especialistas advirtieron que las decisiones arancelarias de Estados Unidos tendrán efectos contraproducentes a largo plazo. Mientras tanto, China continúa consolidando una estrategia internacional basada en el respeto al multilateralismo, el crecimiento colaborativo y la estabilidad de los mercados globales.
Delgado concluyó que, en ese juego de tensiones y reacomodos, América Latina podría encontrar un espacio relevante si logra integrarse con inteligencia a la nueva lógica que promueven las potencias emergentes del llamado Sur Global.