LA PAZ, 24 jun (Xinhua) -- El presidente de Bolivia, Luis Arce, aseguró hoy martes que los asesinatos de cuatro policías durante enfrentamientos en los recientes bloqueos de carreteras en el departamento de Potosí (suroeste) "no quedarán impunes" y que su Gobierno buscará que los autores materiales e intelectuales enfrenten la justicia.
"Esos alevosos y crueles asesinatos no quedarán impunes", dijo el mandatario durante su discurso en un acto público por el 199 aniversario de la creación de la Policía Boliviana.
"A las familias de nuestros policías, quiero expresarles que su dolor es nuestro dolor y que vamos a usar su memoria buscando justicia", sostuvo Arce al referirse a los uniformados abatidos mientras participaban en operativos para despejar rutas bloqueadas en Llallagua.
Los policías perdieron la vida durante un contexto de movilizaciones lideradas por sectores sociales afines al expresidente Evo Morales, conocidos como "evistas".
Arce calificó los asesinatos como "arteros, crueles e inhumanos" y reafirmó que no descansará hasta que los responsables enfrenten la ley. Advirtió que su administración responderá con firmeza a cualquier intento de desestabilización.
También instó a todas las fuerzas políticas y autoridades estatales a cumplir con los acuerdos alcanzados en los encuentros convocados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que buscan garantizar unas elecciones generales pacíficas previstas para el 17 de agosto.
Por su parte, el comandante general de la Policía Boliviana, Augusto Russo, reafirmó que la institución garantiza el derecho a la protesta, siempre que se ejerza dentro del marco de la legalidad. Sin embargo, advirtió que no se tolerarán actos criminales encubiertos en manifestaciones.
"No podemos permitir que ese derecho se convierta en un escudo para encubrir a delincuentes cobardes que asesinan a bolivianos", declaró Russo.
Los bloqueos organizados por sectores evistas del 2 al 15 de junio dejaron al menos seis muertos, cuatro policías y dos civiles, y más de 200 personas heridas. Las protestas, que exigían la habilitación de Evo Morales como candidato para las elecciones y la renuncia del presidente Arce, provocaron interrupciones en vías estratégicas y pusieron en tensión al país.