Por Carina López y Pool Contreras
MÉXICO, 19 jun (Xinhua) -- Con el uso de tecnología satelital de vanguardia, científicos mexicanos están transformando el monitoreo agrícola en México a través de un proyecto de investigación que podría ser clave para enfrentar la inseguridad alimentaria y la pobreza rural en el país.
La propuesta desarrollada por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México opera mediante sensores que funcionan en el espectro de las microondas, algoritmos físico-matemáticos y muestreos de campo para estimar la humedad del suelo agrícola, con el objetivo de optimizar la producción de cultivos.
El científico mexicano Alejandro Monsiváis Huertero, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica del IPN, coordina esta iniciativa denominada Logro de la Sustentabilidad Rural a través de la Aplicación de Tecnología Satelital (Losrusat), en la que también colaboran las agencias espaciales de Canadá, México y la NASA, de Estados Unidos.
En entrevista con Xinhua, el investigador explicó que Losrusat permite conocer la cantidad de agua disponible para la actividad agrícola, a fin de contribuir al fortalecimiento de los programas de autosuficiencia y soberanía alimentaria en regiones vulnerables del país.
"Uno de los puntos que queremos monitorear es cuánta agua tenemos en nuestros suelos, particularmente en los suelos agrícolas, porque es ahí de donde la planta, una vez que tenemos la semilla, va a ver si germina o no y, sobre todo, también es parte importante de su desarrollo en todo el ciclo de crecimiento", dijo Monsiváis Huertero.
Según el investigador, la tecnología utilizada en Losrusat permite identificar no solo la cantidad de agua en el suelo, sino también la profundidad a la que se encuentra, lo que resulta crucial para una planificación agrícola eficaz, especialmente ante los efectos del cambio climático y la variabilidad en los patrones de lluvia.
"Necesitamos asegurar que tenemos una producción suficiente para alimentar a nuestra población y también tener la mejor calidad del producto obtenido dentro de los campos agrícolas y esto es información muy importante, sobre todo, porque el cambio climático está afectando nuestros patrones de lluvia", sostuvo.
Uno de los principales avances del proyecto es que está generando datos inéditos sobre la humedad del suelo en distintas regiones del país, una información que hasta ahora era inexistente o muy limitada.
Los sensores empleados por Losrusat pueden penetrar entre 5 y 10 centímetros en la superficie del suelo. Para asegurar la precisión de los modelos, el equipo realiza mediciones de campo que le permiten calibrar los datos con base en variables reales como la vegetación, el crecimiento de los cultivos y las condiciones locales.
"Para estimar esta información, usamos básicamente modelos físicos, basados en la teoría electromagnética que tenemos que utilizar para explotar esta información, pero, para poder calibrarlo, necesitamos realizar mediciones 'in situ', es decir, hacer los levantamientos en cuánto contenido de agua tenemos, las condiciones de vegetación y cómo están creciendo nuestros cultivos", refirió Monsiváis Huertero.
El impacto de Losrusat va más allá del monitoreo. Uno de sus objetivos es también impulsar la soberanía alimentaria, es decir, la capacidad de producir lo que se consume localmente.
Esto es especialmente relevante en un país donde, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más del 60 por ciento de los alimentos son producidos por pequeños agricultores y comunidades rurales.
A pesar de ello, México sigue importando grandes cantidades de alimentos básicos como maíz amarillo y trigo, lo que lo expone a las fluctuaciones de los mercados internacionales.
Monsiváis Huertero señaló que el maíz nativo mexicano, en particular, es muy sensible a la disponibilidad de agua, y aunque algunas variedades son más resistentes a la sequía, todas requieren humedad suficiente en momentos clave del desarrollo, como la floración y el llenado del grano.
Durante el periodo de crecimiento, el cambio climático ha provocado que la disponibilidad de agua en las capas más profundas del suelo sea menor.
Lo anterior, sostuvo, impacta en la etapa reproductiva del maíz, en la que el fruto es más pequeño de lo que se tenía con anterioridad.
Actualmente, el proyecto ya se encuentra en operación en los estados de Tlaxcala y Oaxaca, y representa una oportunidad para modernizar la agricultura en México con base en información científica, tecnología satelital y soluciones sustentables.