TERESINA, Brasil, 6 jun (Xinhua) -- Brasil posee condiciones excepcionales para consolidarse como un destino estratégico de las inversiones chinas en energía limpia, pero debe superar diversos desafíos regulatorios y estructurales, expresó a Xinhua el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de la china SPIC Brasil, Roberto Monteiro, durante la "Brasil Energy Conference 2025" que se realiza estos días en Teresina, capital del estado de Piauí (noreste).
SPIC (State Power Investment Corporation) es uno de los cinco mayores generadores de energía del mundo con activos que superan los 248.000 millones de dólares.
La empresa cuenta con una capacidad instalada global de 246 gigavatios (GW), de los cuales 74 GW corresponden a energía solar y 53 GW a eólica.
"Cuando se piensa en China, muchas veces se piensa en carbón. Pero eso es un estereotipo que ya no refleja la realidad (...) Beijing, que en el pasado sufría niveles críticos de polución, hoy es una ciudad mucho más limpia. Esa transformación fue impulsada por una transición energética profunda", señaló Monteiro.
Fundada en 2015 tras la unión de varias compañías del sector en China, SPIC ha adoptado desde su origen una estrategia basada en la energía sostenible con metas ambiciosas: consolidarse como una empresa globalmente influyente en energía limpia en 2025 y competitiva a nivel mundial para 2035.
En Brasil, la compañía opera unos 5 GW con presencia en hidroelectricidad, solar, eólica y gas natural.
Sus principales activos incluyen la usina hidroeléctrica de São Simão, parques eólicos en Rio Grande do Norte, instalaciones solares en Piauí, Ceará y Pernambuco, así como participación en la planta de gas natural GNA, en el estado de Río de Janeiro.
"Muchos se preguntan por qué una empresa de energía limpia invierte en gas (...) la respuesta es seguridad energética. La entrada de GNA al sistema ayudó a evitar un apagón en Brasil. No siempre hay sol o viento y es necesario tener fuentes de base que garanticen potencia en el momento preciso", dijo Monteiro.
Uno de los proyectos destacados de SPIC en Brasil es el complejo solar Marangatu, en Piauí, con 446 MWp de capacidad instalada, una inversión de más de 1.000 millones de reales (unos 178 millones de dólares) y capacidad para abastecer 550.000 hogares.
A pesar de la relevancia de Brasil, el sexto país que más inversiones globales en energía limpia atrajo en 2023, según Monteiro, el fenómeno de "corte de generación" afecta la percepción de los inversionistas internacionales.
"En uno de nuestros meses más críticos, el complejo de Marangatu sufrió un corte del 60 por ciento de su generación. Imaginen explicar eso a un inversionista en China. Eso no ocurre todos los meses, pero muestra un problema serio", afirmó.
"La media de corte en algunos países desarrollados está entre 3 y 8 por ciento. En Brasil, los números son significativamente más altos", subrayó.
Según datos compartidos por Monteiro, el potencial desperdiciado de generación renovable en Brasil alcanzó el 16,8 por ciento en el primer trimestre de 2025, un aumento del 60 por ciento respecto al año anterior con pérdidas económicas que superan los 2.000 millones de reales (unos 356 millones de dólares) desde 2023.
"Los inversionistas leen la prensa. Si ven que un país pierde 650 millones de reales (unos 116 millones de dólares) en generación renovable rechazada en un solo año, se preocupan", señaló.
El ejecutivo de SPIC ofreció recomendaciones para que Brasil recupere su atractivo: revisión regulatoria, estandarización de criterios de corte, compensaciones justas y valorización de servicios estratégicos como el almacenamiento.
"Las hidroeléctricas deberían ser remuneradas no solo por la energía que generan, sino también por su papel como 'baterías gigantes' que equilibran el sistema", apuntó Monteiro.
"Brasil construye parques solares en uno o dos años, pero la red de transmisión tarda cuatro. Ese desfase genera cuellos de botella. Tenemos que organizarnos como lo hicieron países como China e Irlanda, que redujeron sus tasas de corte de energía del 16 al 3 por ciento en una década", dijo, al destacar la necesidad de planificación.
Consultado sobre si el corte de generación puede desincentivar inversiones chinas en el corto plazo, Monteiro respondió con franqueza.
"Es difícil justificar nuevas plantas si las actuales sufren penalidades. Pero los inversionistas chinos piensan en el largo plazo. Son contratos de 15 o 40 años. Creen en la capacidad del país de reorganizarse. Si hacemos nuestra tarea, seguiremos siendo un destino relevante", expresó.
Monteiro confirmó además el interés de SPIC en participar en futuras subastas de baterías y de modernización de hidroeléctricas en Brasil.
"Tenemos una fábrica de baterías en China y queremos invertir en Brasil. También estamos listos para instalar nuevas turbinas en nuestras hidroeléctricas. Queremos sumar en todos los frentes", dijo.
"Nuestro mensaje es claro: hablamos de inversión, de desarrollo, de futuro limpio", concluyó el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de SPIC Brasil.