LA PAZ, 2 jun (Xinhua) -- Una jornada de protestas masivas paralizó este lunes las arterias de la ciudad de La Paz, sede del Gobierno de Bolivia, en medio de un creciente descontento social y un entorno económico con serias dificultades.
Miles de personas, entre comerciantes, campesinos, vecinos y microempresarios, tomaron las calles para denunciar la escasez de los combustibles, la falta de dólares y el alza sostenida de los precios de productos básicos.
Las movilizaciones comenzaron durante la madrugada, cuando largas columnas de vecinos de El Alto, una ciudad contigua con fuerte peso político y social, descendieron desde la zona de la Ceja hasta el centro histórico paceño.
A lo largo de seis kilómetros, las marchas provocaron afectaciones al tránsito vehicular y a la actividad comercial, así como lanzaron un mensaje unificado: el hartazgo frente a una crisis que, aseguran, ya se volvió insoportable.
"La canasta familiar sube cada día, hay largas filas en los surtidores, el pueblo alteño ya está enojado. Ya no podemos soportar más; esta no es una marcha política", declaró David Mamani, dirigente de los Ponchos Rojos, una organización campesina del altiplano paceño conocida por su postura combativa.
En paralelo, las federaciones de gremios y comerciantes minoristas de La Paz y El Alto también se movilizaron en bloque.
"Cuando no llegan productos, los comerciantes ¿de qué vamos a vivir? A falta de diésel no tenemos mercadería", expresó el secretario ejecutivo de una de las principales federaciones del sector, Zenón Yupanqui.
A decir del dirigente, muchos pequeños negocios han cerrado por la falta de productos e insumos. Las restricciones en la importación, agravadas por la escasez de dólares, están afectando directamente a la economía informal, que representa una parte sustancial de la actividad económica boliviana.
En medio del colapso de calles, el segundo secretario de la Federación de Gremiales de El Alto, Hugo Romano, fue más allá en su denuncia.
"Exigimos soluciones no solo para El Alto o La Paz, sino para todo el país. Ya estamos cansados. Este Gobierno parece que no tiene sangre en las venas", dijo.
La Policía Boliviana desplegó efectivos para redirigir el tránsito y contener el caos vehicular, pero evitó el enfrentamiento directo con los manifestantes.
La jornada transcurrió sin incidentes mayores; sin embargo, diversas organizaciones han advertido que las movilizaciones podrían intensificarse si no se atienden sus demandas.
