BEIJING, 1 may (Xinhua) -- La guerra arancelaria emprendida por Estados Unidos representa un abuso proteccionista que no solo daña su propia reputación, sino que también desestabiliza y perturba el orden económico internacional, coincidieron varios académicos latinoamericanos.
Ante este escenario, los expertos subrayaron la necesidad de que los países del Sur Global, incluida la región de América Latina, fortalezcan su unidad y cooperación para contrarrestar las limitaciones al desarrollo impuestas por la hegemonía económica estadounidense.
NO ES DESEQUILIBRIO, ES COERCIÓN
"Estados Unidos no ha sido una víctima de acuerdos injustos, sino la potencia dominante en el comercio internacional, imponiendo sus condiciones y asegurando ventajas estratégicas en los tratados que ha firmado a lo largo de la historia", afirmó el historiador chileno Renzo Burotto.
De acuerdo con Burotto, quien es investigador del Núcleo Milenio Impactos de China en América Latina y el Caribe, en Chile, la reiterada justificación de Trump de un supuesto desequilibrio en el comercio internacional constituye un intento de ejercer influencia geopolítica a través de aranceles y coaccionar a otros países para que hagan concesiones económicas.
Durante su primer mandato presidencial, de 2017 a 2021, Donald Trump ya provocó fricciones económicas contra varios socios comerciales, sin lograr revitalizar los sectores estratégicos de EE. UU. Ahora, de regreso en la Casa Blanca, el presidente estadounidense ha retomado su ofensiva arancelaria, reforzando una política económica basada en el proteccionismo.
"Si esta estrategia no logró alcanzar sus objetivos durante el primer mandato de Trump, vale la pena preguntarse por qué volvió a utilizarla en el segundo", indicó Renato Balderrama del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de México.
A su juicio, el verdadero motivo detrás de los aranceles es la pérdida de competitividad industrial de Estados Unidos a nivel global. La Administración estadounidense busca revertir esta desventaja y mantener su doctrina de "América Primero" mediante medidas unilaterales.
LA HISTORIA SE REPITE
El economista francés Frédéric Bastiat ya advirtió en el siglo XIX que "cuando las mercancías no cruzan fronteras, los soldados lo harán", refiriéndose al peligro de que el proteccionismo derive en crisis económicas e incluso en conflictos bélicos.
Luis Paulino, profesor asociado de la Universidad estatal de Sao Paulo, en Brasil, recordó el caso de la Ley Smoot-Hawley en la década de 1930, cuando Estados Unidos elevó significativamente los aranceles, desatando una guerra comercial a escala global que agravó la Gran Depresión y aceleró el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
"La guerra comercial que Trump desata hoy en el mundo no solo constituye una grave amenaza para el orden económico global vigente, sino que también podría acarrear consecuencias aún más severas, poniendo en riesgo la propia paz mundial", afirmó el académico brasileño.
Burotto, por su parte, señaló que las relaciones entre Estados Unidos con aliados y vecinos cercanos como Canadá y México se han deteriorado significativamente a pesar de las obligaciones del T-MEC, que impiden la imposición de barreras arancelarias o no arancelarias.
"Fue él mismo (Donald Trump) quien impulsó y lideró las negociaciones del T-MEC, firmándolo voluntariamente en 2018", indicó Burotto, quien señaló la paradoja de que si la supuesta desigualdad que denuncia Trump existiera, él mismo habría sido responsable de rubricar un tratado supuestamente dañino para Estados Unidos.
"La verdadera preocupación de Washington no radica en el libre comercio o la seguridad, sino en el temor a perder su hegemonía sobre la región", sostuvo.
COOPERACIÓN: EL ANTÍDOTO FRENTE AL PROTECCIONISMO
La frase del historiador griego Tucídides "los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben" resuena como una advertencia para los países en desarrollo, llamados a fortalecer su cooperación y consenso frente a la "ley de la selva".
Eduardo Klinger Pevida, director del Centro de Análisis y Estudios sobre China y Asia y miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, subrayó que la estrategia de la Administración estadounidense, centrada en la guerra arancelaria y el proteccionismo, "no necesariamente coincidirá con los intereses de otros actores internacionales, y no todos estarán dispuestos a ceder ante la presión estadounidense".
Mientras Burotto señaló que "ante la amenaza de medidas unilaterales y proteccionistas, el multilateralismo se convierte en una necesidad estratégica para las economías emergentes".
Los expertos coincidieron en que la clave para América Latina y el Sur Global radica en fortalecer y promover la solidaridad, el respeto y la igualdad, garantizando un desarrollo autónomo sin depender de los intereses de las grandes potencias.
Al respecto, Paulino añadió que el impacto del proteccionismo dependerá en gran medida de la capacidad de los países emergentes para consolidar un frente unido y, en ese sentido, subrayó que la cooperación y la red de conexiones Sur-Sur podría convertirse en el antídoto frente a las políticas trumpistas.
Según Paulino, los países en desarrollo han reducido su dependencia económica y financiera del sistema liderado por Washington, mientras que nuevos mecanismos de cooperación internacional, como los BRICS, demuestran que otro orden es posible, sin la tutela estadounidense.
Frente a la escalada proteccionista de Estados Unidos, los expertos coinciden en que el camino para América Latina y el Sur Global no es el aislamiento, sino la unidad. Fortalecer alianzas Sur-Sur, diversificar mercados y defender un multilateralismo inclusivo se presentan como las herramientas clave para contrarrestar la coerción económica y construir un desarrollo soberano. La historia ha demostrado que las guerras comerciales solo dejan perdedores; el futuro, en cambio, podría escribirse con cooperación.
