Por Lisandra Cots
Imagen del 12 de abril de 2024 del artesano cubano Eduardo Viciana, fabricando una pieza de vidrio soplado en un taller situado en una vivienda familiar, en el municipio 10 de Octubre, en La Habana, capital de Cuba. El patio de una vivienda familiar en La Habana sirve como taller desde hace más de una década al artista cubano Eduardo Viciana, uno de los pocos artesanos en la isla caribeña que domina el milenario arte del vidrio soplado. (Xinhua/Zijian Li)
LA HABANA, 12 abr (Xinhua) -- El patio de una vivienda familiar en La Habana sirve como taller desde hace más de una década al artista cubano Eduardo Viciana, uno de los pocos artesanos en la isla caribeña que domina el milenario arte del vidrio soplado.
Ubicado en el municipio 10 de Octubre, uno de los más poblados de la capital del país, Viciana busca difundir en Cuba el conocimiento y uso de la antigua técnica.
"Cuando comenzamos aquí, en el 2013, no había nada", contó el artista a Xinhua, mientras mostraba tres hornos y varias herramientas fabricadas por él mismo, con los cuales crea piezas de vidrio soplado en la actualidad.
Su "taller evolutivo", como él mismo lo describe, lleva por nombre "Vidrios FD", que son las iniciales de sus hijos.
"En el caso nuestro en particular usamos vidrio reciclado, de desecho, vidrio plano de puertas y ventanas", expuso Viciana, explicando que de esta forma logran ahorrar un 30 por ciento de energía en el proceso de fabricación del vidrio.
"Todo lo hacemos a partir de las materias primas que tenemos en Cuba, hasta los colores", aclaró.
La fabricación de cada pieza comienza en un horno artesanal de ladrillos refractarios de alta alúmina, con capacidad de almacenamiento de 600 libras de vidrio y el cual alcanza hasta 1.250 grados celsius de temperatura.
El vidrio soplado es un arte que requiere precisión, paciencia y un profundo conocimiento del material, de ahí que la Unesco declaró esta técnica como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2023.
"Es un oficio complejo, hay que aguantar el calor y tiene que gustarte para dominarlo", aseguró Viciana, quien confesó a Xinhua que lo aprendió viendo videos y "copiando" los movimientos de otros maestros artesanos "como en el ballet".
Viciana, de 53 años, tiene una extensa formación en diferentes manifestaciones artísticas como pintura, cerámica, vitrales, restauración y joyería y ha participado en importantes obras en la isla, como la reproducción de 200 piezas para las lámparas del Gran Teatro de La Habana durante la restauración del inmueble, utilizando la técnica del vidrio soplado.
Explicó, mientras moldeaba un toroide (objeto cilíndrico con un hueco en el centro), que tanto con la técnica del soplado como con el vidrio caliente o fundido, se puede elaborar "casi cualquier cosa": lámparas, esculturas, láminas personalizadas y envases. "Son casi infinitas las posibilidades", acotó Viciana.
Según afirma, este es un oficio que toma la vida entera, "no algo que se aprenda en un año o dos".
Es por ello que, desde hace ocho años, Viciana entrena a Jorge Labrada, un joven de 34 años ayudante en su taller.
Labrada confesó a Xinhua que, al principio, tuvo un poco de temor al ver los hornos e incluso se quemó varias veces "porque, cuando se trabaja con vidrio soplado, hay que tener todos los sentidos puestos en lo que estamos haciendo". Pero luego le gustó tanto que se quedó.
El joven aprendiz atraviesa cada día la ciudad, de un extremo a otro, para llegar al taller.
"Es muy difícil. Es como la música, que hay que estudiarla toda la vida", aseveró Labrada.
Por su parte, Liani Ortega, arquitecta de formación y encargada de la gestión comercial y diseño en "Vidrios FD", comentó a Xinhua que pretenden convertir el taller en un proyecto más global.
"Quisiéramos impactar en el desarrollo de esta técnica en Cuba", resaltó.
Ortega explicó que trabajan por pedido y comercializan algunas piezas a través del Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Empresa de Gestión del Patrimonio de la Oficina del Historiador de la ciudad.
Apuntó que este es un producto cubano "adaptado a nuestras condiciones y con códigos de tradición y elementos de nuestra identidad".
"Podemos enseñar a otros a que lo hagan también", manifestó Viciana mientras daba forma a una pieza de vidrio en el banco, introduciéndola cada rato en el flameador, a 1.000 grados Celsius, para mantenerla con la temperatura adecuada.
Cuando termina de moldear cada pieza, estas pasan al horno de recocido y permanecen allí hasta el día siguiente, para eliminar todas las tensiones que puedan tener.
"En la superficie enfría primero que en el interior. Y, por tanto, tenemos que lograr que la pieza alcance la misma temperatura en todos sus puntos y enfríe parejo, de lo contrario se parte", dijo Viciana.
Afirmó el artesano que, aunque realice una línea de producción seriada, las piezas parecen iguales, pero solo son similares, ya que en el vidrio cada pieza es única.
"Esto es un arte. Los enfriamientos en el vidrio son paulatinos y diferentes en los distintos grados que tiene la pieza", comentó.
Según Viciana, el milenario oficio del moldeado a mano del vidrio no está muy arraigado en la sociedad cubana, pues no existen muchos maestros que dominen la técnica, de ahí que su sueño sea incluir su estudio en la enseñanza artística del país.
"No tengo un sueño personal con el vidrio, sino más bien un sueño social, me gustaría que esta técnica se convirtiera en algo que otras personas y artistas usen para trabajar", concluyó.
LA HABANA, 13 abril, 2024 (Xinhua) -- Imagen del 12 de abril de 2024 del artesano cubano Eduardo Viciana, fabricando una pieza de vidrio soplado, en un taller situado en una vivienda familiar, en el municipio 10 de Octubre, en La Habana, capital de Cuba. El patio de una vivienda familiar en La Habana sirve como taller desde hace más de una década al artista cubano Eduardo Viciana, uno de los pocos artesanos en la isla caribeña que domina el milenario arte del vidrio soplado. (Xinhua/Zijian Li)
LA HABANA, 13 abril, 2024 (Xinhua) -- Imagen del 12 de abril de 2024 del artesano cubano Eduardo Viciana, fabricando una pieza de vidrio soplado, en un taller situado en una vivienda familiar, en el municipio 10 de Octubre, en La Habana, capital de Cuba. El patio de una vivienda familiar en La Habana sirve como taller desde hace más de una década al artista cubano Eduardo Viciana, uno de los pocos artesanos en la isla caribeña que domina el milenario arte del vidrio soplado. (Xinhua/Zijian Li)