Por Cristóbal Chávez Bravo
SANTIAGO, 30 nov (Xinhua) -- Un estudio cuantificó la eficiencia energética de los autobuses eléctricos que circulan en Santiago de Chile y arrojó que en un día pueden ahorrar el equivalente a 200.000 ampolletas (focos) encendidas, además del impulso a la concientización por cuidar el medio ambiente.
La publicación titulada "El impacto de la electromovilidad en el transporte público: una estimación de la energía y consumo usando datos desagregados en Santiago de Chile" fue encabezada por el académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Franco Basso.
El también investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería de Chile explicó a Xinhua que midieron el impacto de la electromovilidad en los autobuses de la Red Metropolitana de Movilidad de la capital chilena, a través de la estimación del consumo energético de todas las máquinas de la flota.
Precisó que las muestras las realizaron el 22 de septiembre de 2021 de las 03:00 a las 22:00 horas con una flota de 7.400 autobuses, de los cuales 1.400 eran eléctricos.
"Con estas estimaciones uno puede estimar cuál es el consumo de cada uno de este tipo de autobuses y ver el beneficio de hacer modificaciones de autobuses de combustión a diésel a eléctricos. Eso se hace simplemente haciendo la diferencia entre la estimación para el autobús diésel y luego hacer una suposición para ese autobús asumiendo que hubiese sido eléctrico", detalló Basso.
El estudio arrojó que el reemplazo de autobuses diésel por eléctricos permitió un ahorro equivalente a 400.000 kilovatio hora (kWh) durante un día de operación.
"Estos 400.000 kWh que se dejan de generar o consumir debido a este cambio de electrificación equivalen a aproximadamente apagar 200.000 ampolletas durante un día completo. Por lo tanto, es un impacto importante", profundizó Basso.
En el estudio también participaron los investigadores Felipe Feijoo, Raúl Pezoa, Mauricio Varas y Brian Vidal.
Este es el primer análisis sobre el consumo energético en electromovilidad del transporte público que se realiza en Chile con información real de toda la red y no en ambientes controlados o con simuladores.
Para estos efectos, la investigación consideró como variables la cantidad de personas que sube a cada máquina, para estimar la masa arriba de los autobuses; las pendientes, y el tipo de conducción a partir de datos del Sistema de Posicionamiento Global (GPS).
"Con eso podemos hacer esta estimación que nos permite, aparte de cuantificar el impacto en eficiencia energética, ayudar a las políticas públicas", indicó Basso.
Así, pudieron identificar los servicios de autobuses que tienen un mayor potencial para la electromovilidad, como por ejemplo, los que van de oriente a poniente, debido a que la capital chilena registra una pendiente geográfica en caída desde la cordillera hasta las zonas más cercanas al océano Pacífico.
También reconoció como variable el uso del aire acondicionado como un factor relevante en la eficiencia energética y el uso correcto de los pedales en la conducción.
"Efectivamente hay un beneficio que nosotros cuantificamos en la cantidad kWh que se dejan de consumir y que eso tiene un impacto directo en la generación de energía y ayuda en término de las emisiones. De pasar de autobuses diésel, que son contaminantes, a autobuses cero emisiones, que no son contaminantes", señaló Basso.
El experto en transporte chileno remarcó que la clave es que la generación de energía que utilizan los autobuses provenga de fuentes verdes, sino, "no estamos ganando nada".
"Para que realmente tenga impacto en términos de emisiones tiene que venir aparejado con ser cada vez más verde la generación", subrayó.
Basso destacó que los autobuses eléctricos además del efecto concreto en la eficiencia energética, permiten concientización de la población.
"Cuando viene algún amigo latinoamericano y ve esta presencia de autobuses eléctricos, dice bueno, aquí hay algo por el cuál ellos lo están haciendo y ese impacto también ayuda a la concientización", dijo.
Los 1.400 autobuses que fueron parte de la muestra en 2021 son de origen chino, una tecnología que Basso calificó como "interesante".
"Los chinos tienen mucho avance en los temas de electromovilidad y, justamente, se ha generado un intercambio bien virtuoso de tecnología entre los distintos países. Es algo virtuoso, pero no quita que tengamos que aprender de otras latitudes", dijo.
Con las últimas incorporaciones, Chile proyecta terminar el año con 2.400 autobuses eléctricos en la flota de transporte público de la capital, en su totalidad de origen chino.